lunes, 19 de diciembre de 2011

Comer sin dinero

De todas las necesidades básicas que debes cubrir durante tus viajes (como dormir o la higiene), la comida es la más importante y, tal vez, la que verdaderamente te obligue a gastar dinero.
Fuente: Fotopedia

A la hora de comer (bien o mal, eso es opcional) dependerá mucho del nivel de vida del sitio de destino. No es lo mismo intentar comer en una ciudad turística europea como puede ser París, en la que lo más barato que vas a encontrar son perritos calientes o trozos de pizza por unos 3-4€, que estar en Tailandia y comprarte en un puesto callejero unos tallarines fritos por 60 baths (1,20€) o crepes por 40 baths (1€).
Del mismo modo, la zona de la ciudad influye mucho en los precios, siendo el centro urbano más caro que otros barrios más alejados y menos concurridos por turistas. Por esta razón, es mucho más beneficioso para saciar el hambre ser viajero español en lugares con la moneda más barata que el euro.

Una de las opciones para poder comer gratis incluye alojamiento a pensión completa, es el voluntariado a cambio de alojamiento del que hablamos más extensamente en otra entrada. Es la alternativa que te permite verdaderamente viajar sin gastarte ni un euro, ya que los dueños de la casa te facilitan cama y comida. Sin embargo, y aunque es una buena opción para conocer a fondo una nueva cultura, tu estancia se limita a la zona de la casa elegida y sus proximidades, y si lo que quieres es pasar de una ciudad a otra, no es la mejor opción para tu viaje.

Siempre puedes recurrir a los mercados locales, donde los lugareños hagan sus compras diarias, y comprar los ingredientes necesarios para prepararte tu propia comida. Estos lugares son más baratos que, por ejemplo, las tiendas de ultramarinos, y en algunas partes del mundo no se han implantado los hipermercados, por lo que ahí encontrarás todo lo que necesites. La mayoría de albergues disponen de cocina abierta para que todos sus huéspedes hagan uso de ella. No sólo comerás más barato sino, también, más sano y a tu gusto.

Fuente: Fotopedia
Otra forma de conseguir comida a precios muy baratos es pidiéndola, simplemente. En panaderías o restaurantes a última hora del día, cuando están a punto de cerrar, recogen las sobras de comida para después tirarla, puesto que ya no les hace falta. En muchas ocasiones no les importará dártela, pero si no es así, también puedes ofrecer mano de obra a cambio de un plato caliente.

La última alternativa que compartimos es el 'Dumpster diving' o recolección urbana. Es una práctica que se está poniendo de moda en Europa ante la gran cantidad de alimentos comestibles (a punto de caducar o recién caducados) que desperdician los grandes supermercados. Se trata de organizarse en grupos para, por la noche, recuperar del contenedor de basura de estos centros los alimentos que aún se pueden comer. No viene necesariamente de personas sin recursos, sino que es más una protesta por las costumbres de las grandes compañías.



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